¿Qué pasa cuando los alumnos ya preguntan a las máquinas?
El 11 de septiembre siempre me emociona. Es el Día del Maestro, una fecha que invita a agradecer a quienes marcaron nuestras vidas enseñándonos a leer, pensar y cuestionar.
Pero este año, el homenaje no puede quedarse solo en la nostalgia. Porque el aula ya no es la misma. Y los maestros enfrentan un desafío inédito: enseñar cuando los alumnos ya aprendieron a preguntarle a la inteligencia artificial.
¿Qué sabemos del uso de IA en la escuela?
Según datos recientes, más de la mitad de los chicos y chicas entre 9 y 17 años en Argentina ya usan herramientas de inteligencia artificial con fines escolares. Lo confirman estudios, y lo veo en carne propia cada vez que doy una charla.
¨Cuando pregunto quién usó IA para resolver un trabajo, la mayoría levanta la mano¨ es lo que se repite una y otra vez en las aulas.
Hace poco, un estudiante me confesó que entregó un ensayo hecho 100% con IA. ¿El resultado? Desaprobado. No porque la herramienta falle (que igual si falló en este caso), sino porque, además, no aprendió nada en el camino y ESE es el mayor de los problemas.
El verdadero riesgo: no es la copia, es la deuda cognitiva
No se trata de plagio. El verdadero problema es la deuda cognitiva: esa pérdida invisible de habilidades mentales cuando delegamos el pensamiento en una máquina.
Cuando usamos la IA como atajo sin reflexión:
- Disminuye la capacidad de concentración.
- Se debilita la comprensión.
- Se pierde el ejercicio del pensamiento crítico.
Lo que hoy parece “eficiencia”, mañana se convierte en estudiantes que saben menos de lo que creen saber.
Pero además, ya se detectan otros nuevos efectos negativos de la IA en los más jóvenes:
- Acceso a contenidos no aptos para su edad
- Addción al uso de la IA
- Desarrollo de vínculos ¨afectivos¨ inapropiados que llevan a que la IA manipule comportamientos.
¿Qué piensan los docentes argentinos sobre la IA?
Un relevamiento reciente muestra datos preocupantes:
87% cree que los alumnos usan IA para suplantar trabajo académico.
Solo 24% ve en la IA un potencial educativo positivo.
A pesar de todo, casi la mitad defiende que el rol del maestro sigue siendo indispensable.
El dato esperanzador: 8 de cada 10 docentes quieren capacitarse en IA. Pero solo 2 lo logran activamente.
¿Los obstáculos más frecuentes? Falta de tiempo, de recursos y de formación específica.
¿Por qué los maestros siguen siendo esenciales en la era digital?
Porque la IA no enseña a pensar, solo responde. Y ahí es donde entra el rol irremplazable del docente:
El maestro como guía del pensamiento
Enseña a distinguir lo verdadero de lo falso.
Ayuda a formular buenas preguntas.
Fomenta el pensamiento crítico y la curiosidad.
El maestro como protector del aprendizaje profundo
Detecta el uso inapropiado de IA.
Acompaña con criterio la integración de nuevas tecnologías.
Da contexto emocional, ético y pedagógico.
Experiencias reales que demuestran que sí se puede
En otras partes del mundo, la IA no reemplazó al maestro, lo potenció:
En Estados Unidos, algunas escuelas redujeron en un 30% el tiempo para alcanzar objetivos.
En Australia, colegios mejoraron en 22% los resultados en matemática.
En Canadá, programas de IA lograron aumentar el compromiso en educación especial.
La diferencia no es la herramienta, sino cómo se implementa y con qué propósito. Hay una necesidad URGENTE de integrarla pedagógicamente, y lo bueno es que existen maneras y herramientas que acompañan. No todo lo relacionado a IA y educación tiene que ser visto como una tragedia. Acá te contamos nuestra mirada.
¿Cómo acompañar a los docentes sin sobrecargarlos?
Como mamá, como profesional de tecnología y como cofundadora de Auroria, el primer asistente de inteligencia artificial diseñado exclusivamente para escuelas, estoy convencida de esto:
La solución no es prohibir ni mirar para otro lado.
La solución es acompañar a los docentes con herramientas seguras, pedagógicas y humanizadas.
¿Qué necesitan hoy los maestros?
Tiempo.
Formación accesible.
Herramientas que les devuelvan control (no tareas extra).
Espacios para compartir y debatir sin miedo ni juicio.
Conclusión: el aula cambió, pero el docente sigue siendo el faro
La inteligencia artificial ya está en las aulas, aunque nadie la haya invitado formalmente. La pregunta no es si debe estar. La verdadera pregunta es: ¿Qué lugar vamos a darle al maestro en esa nueva aula?
Yo elijo verlo como el faro imprescindible de esta revolución. Ojalá este Día del Maestro nos encuentre abriendo el debate:
¿Cómo asegurarnos de que la IA potencie lo mejor de la educación y no nos haga perder lo más importante: la capacidad de pensar?
¿Querés acompañar mejor a tus docentes? Escribinos para conocer más sobre Auroria y cómo estamos ayudando a escuelas de Argentina y Latinoamérica a integrar la IA con criterio, ayudando a alumnos, docentes y directivos.